Encontrarse con la cuenta de Instagram de Salvia es adentrarse en otro mundo; uno que desdibuja los límites de la distorsión física y digital. Su protagonista es una adolescente trans, quien comparte selfies y videos surrealistas en donde se transforma a sí misma en criaturas fantásticas y fantasías alienígenas color piel, que parecen haber salido de una mente afiebrada por alguna droga alucinógena.

No en vano su nombre hace referencia a una sustancia que altera la química del cerebro. Desde hace cuatro años, ha creado looks que desafían toda descripición, combinando capas de Photoshop que le proporcionan una extraña anatomía sobre su maquillaje siempre alucinante. Salvia existe en ese punto en el que el drag se une al arte del performance, y su trabajo es un coctel demente en donde la identidad física, la moda y la fotografía crean un alter ego extremo que refleja el compromiso de Salvia con su visión particular de belleza.

Su transformación comenzó cuando apenas tenía 14 años, y prácticamente inhalaba por YouTube tutoriales de maquillaje de drag queens y desfiles de Alexander McQueen desde su solitaria habitación en un pueblo rural del norte de Gales. Su primer acercamiento a la cultura drag fue un video de Willam, de RuPaul’s Drag Race, quien a primera vista pensó que era una mujer trans como ella, para luego descubrir un universo completamente abierto de identidad y de expresión a través de la modificación corporal digital y física.

“Creo que la belleza es algo completamente subjetivo; vestirme como lo hago me da la oportunidad de experimentar una fantasía y celebrarme a mí misma. Y aunque no lo hago para sentirme hermosa, es una manera de expresar mi amor propio. Parte de la razón por la que uso manipulación digital es porque la realidad no me limita, y muchas veces la fisicalidad me impide llegar a donde quiero”.

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Combinando horror corporal, plataformas de hasta 50 centímetros de alto y una identidad visual sin género con la que se reimagina a sí misma como una mutante alienígena y romántica que vive en los paisajes rurales e industriales de su pueblo natal, a menudo la vemos rodeada de flores, como una sirena de aguas profundas y hasta como una obra de arte prerrafaelista. A veces, parece llevar en su vientre una criatura que pronto dará a luz; y en otras oportunidades, la vemos posando en su cama con decenas de viscosas esferas en su entrepierna, que parece haber desovado segundos antes.

Además de su estética en constante evolución, Salvia es una queen del DIY: hace su propia ropa y sus prótesis de látex, así como sus pelucas y piezas más elaboradas, como corsets de cuero que construye de piezas como viejas chaquetas de cuero. A veces, sus creaciones son comestible, usando carne como parte de su outfit o de sus accesorios, como sombreros que asemejan a los de La Novicia Voladora.

“Ya estoy en un punto en el que realmente no pienso en Salvia como un personaje, ella es solo yo. Tengo un nombre diferente porque pensé que sería genial si hubiese una drag queen con el nombre de la salvia. Todos somos únicos en el mundo del drag porque siempre pensamos que nuestras ideas son las mejores, y cuando nos inspiramos, generalmente nos modificamos tanto que se convierte en algo nuevo”.

Con tan solo 18 años, ya Salvia amasa 155.000 seguidores en Instagram, incluyendo a FKA twigs, a Brooke Candy y a la tatuadora y gurú del maquillaje Kat von D, a quien incluso inspiró tanto que terminó dibujándola. Para ella, los últimos cuatro años han sido una manera de afrontar la dismorfia corporal que sintió durante mucho tiempo, y su incomodidad con la percepción binaria de género.

Convertirse a sí misma en un ser de otro mundo bajo sus propias reglas, le demostró que a través del drag podía ser quien quisiera y crear una versión de sí que correspondía con su propia percepción de la belleza y el género. Con sus criaturas de fantasía, Salvia nos lleva a una realidad alternativa y mística, en donde existe como como una forma de arte viviente post-Internet, hecha de tejido vivo y extensiones en 3D, y como una expresión femenina e hiperrealista de amor propio.

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