Condenada a 20 años de prisión una ex directora funeraria por vender partes de cadáveres
Una ex propietaria de una funeraria de Colorado fue condenada esta semana a 20 años de prisión federal por estafar a familiares de difuntos diseccionando 560 cadáveres y vendiendo partes de sus cuerpos sin permiso. Megan Hess, de 46 años de edad, se declaró culpable de fraude en julio. Dirigía una funeraria, Sunset Mesa, y una entidad dedicada a la venta de partes de cadáveres, Donor Services, desde un mismo edificio localizado en Montrose, Colorado.
Su madre, Shirley Koch, de 69 años, también se declaró culpable de fraude y fue condenada a 15 años. El papel central de Koch fue descuartizar los cadáveres, según consta en los registros judiciales. “Hess y Koch utilizaron su funeraria en ocasiones para robar cuerpos y partes de cuerpos utilizando formularios de donación fraudulentos y falsificados”, dijo el fiscal Tim Neff en una presentación judicial. “La conducta de Hess y Koch causó un inmenso dolor emocional a las familias y parientes más cercanos”.
El caso federal fue desencadenado por una serie de investigación realizada por la agencia de noticias Reuters entre los años 2016 y 2018 sobre la venta de partes del cuerpo en Estados Unidos, una industria prácticamente no regulada. Antiguos trabajadores dijeron que Hess y Koch llevaron a cabo desmembramientos no autorizados de cadáveres, y unas semanas después de que se publicara una historia de 2018, el FBI allanó el negocio. En su presentación, los fiscales destacaron la “naturaleza macabra” del esquema de Hess y lo describieron como uno de los casos de partes de cuerpos más significativos en la historia reciente de Estados Unidos.
“Este es el caso más emocionalmente agotador que he vivido en el banquillo”, dijo la juez de distrito Christine M. Arguello durante la audiencia de sentencia del martes en Grand Junction, Colorado. “Es preocupante para el tribunal que la acusada Hess se niegue a asumir cualquier responsabilidad por su conducta”. La juez ordenó que Hess y Koch fueran enviadas a prisión inmediatamente. Por su parte, el abogado de Hess dijo que su clienta había sido injustamente vilipendiada como “bruja”, “monstruo” y “demonio”, cuando en realidad es un “ser humano roto” cuya conducta puede atribuirse a una lesión cerebral traumática que sufrió a los 18 años.
En Estados Unidos es ilegal vender órganos como corazones, riñones y tendones para trasplantes; deben ser donados. Pero la venta de partes del cuerpo como cabezas, brazos y espinas dorsales — que es lo que hacía Hess — para su uso en investigación o educación no está regulada por la ley federal. Hess cometió delitos, según la fiscalía, cuando estafó a familiares de difuntos mintiendo sobre las cremaciones y diseccionando cadáveres y vendiéndolos sin permiso. Las empresas de formación quirúrgica y otras empresas que compraron los brazos, piernas, cabezas y torsos a Hess no sabían que habían sido obtenidos fraudulentamente. En su funeraria, Hess cobraba a las familias hasta USD $1.000 por cremaciones que nunca se llevaban a cabo, según los fiscales, y ofrecía a otros cremación gratuita a cambio de la donación de un cuerpo. Los fiscales afirmaron que mintió a más de 200 familias, que recibieron cenizas incineradas de contenedores mezclados con restos de distintos cadáveres.
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