HAIM
I quit

Después de cinco años sin lanzar nuevo material, HAIM regresa con I quit (2025), su esperado cuarto álbum de estudio, un trabajo que representa un punto de inflexión en la carrera del trío californiano formado por las hermanas Este, Danielle y Alana Haim. Este disco es especialmente significativo porque es el primero sin la producción de Ariel Rechtshaid, quien fuera no solo productor clave en su trayectoria sino también pareja sentimental de Danielle durante años. La separación de ese vínculo, tanto personal como profesional, ha impregnado el álbum con una carga emocional intensa que se manifiesta en una mezcla de honestidad, vulnerabilidad y determinación, creando un relato musical que va más allá de lo puramente sonoro. La portada es una increíble recreación noventera a cargo de Paul Thomas Anderson, que refuerza esa atmósfera íntima y familiar, invitando al oyente a una experiencia que se siente cercana y auténtica. También, los singles cuentan con una narrativa visual divertidísima: interpretaciones realizadas por Terrence O’Connor de fotos famosas de paparazzis, como aquella en la que se captó el momento en el que Nicole Kidman alzaba sus brazos al aire en señal de libertad tras su divorcio con Tom Cruise.
El título I quit es una declaración directa y contundente que sintetiza la esencia del álbum: la renuncia a lo que ya no funciona, el acto de soltar para poder avanzar. Esta ruptura es el motor que impulsa las letras y la producción, y que se traduce en un viaje que recorre desde el dolor y la confusión hasta la aceptación y el reencuentro personal. La narrativa de dejar ir lo conocido, enfrentar la incertidumbre y redescubrirse se percibe en cada canción, que oscilan entre momentos de confrontación cruda y pausas de introspección reflexiva. HAIM han hecho un disco para escuchar desde el sofá mientras miras al techo e intentas reparar tu corazón, de una forma reflexiva.
Sonoramente, I quit representa una evolución que mezcla el rock clásico californiano con sonidos del soft rock, folk, disco y tintes de R&B. La producción a cargo de Danielle Haim y Rostam Batmanglij —con la co-producción de Buddy Ross— aporta una frescura y un enfoque menos pulido y más visceral que se traduce en un disco que apuesta por capturar emociones reales, alejándose de la perfección técnica y sumergiéndose en la complejidad de las rupturas personales. La instrumentación es diversa, con guitarras que van desde riffs agresivos a arpegios delicados, sintetizadores atmosféricos, bajos suaves y una mezcla de percusión tradicional y beats electrónicos que aportan un dinamismo y riqueza sonora a lo largo de todo el álbum. Elementos como la trompeta en Try to Feel My Pain o los arreglos disco en temas como Spinning y Down to Be Wrong enriquecen aún más la paleta musical, sumergiendo al oyente en paisajes sonoros variados pero coherentes dentro de ese universo emocional (Oh, I bet you wish it could be easy / To change my mind / Oh, I bet you wish it could be easy / But it’s not this time).
El flujo emocional del disco puede entenderse como una travesía en cuatro etapas: comienza con una apertura contundente y liberadora que establece el tono de desafío frente al pasado, continúa con un espacio más íntimo y pausado donde se despliegan las dudas y la melancolía, luego se intensifica con picos creativos que revelan la complejidad del dolor y la autoexploración, y finalmente concluye con un cierre épico y resolutivo que busca transmitir crecimiento y superación. El primer tema, Gone, impacta de inmediato al incorporar un sample del emblemático Freedom! ’90 de George Michael, reforzando la idea de liberación y autenticidad que permea el álbum. La energía post-punk con toques de rock clásico y un groove que remite a iconos como Lou Reed e INXS generan un inicio vibrante y desafiante. A esta fuerza inicial le sigue All Over Me, que mantiene la tensión con una guitarra garage-blues que añade textura y cruda emoción, y transmite el entusiasmo impreso en su canciones más míticas hasta la fecha.
El corazón del álbum se sumerge en momentos más reflexivos con canciones como Love You Right y The Farm, piezas acústicas y folk pop que ofrecen espacios para la vulnerabilidad y la introspección, y que avalan el talento y la versatilidad artística de las tres hermanas músicas. Se nota la calidez y la sinceridad, hay una especie de suavidad en la presentación final de estas canciones que invita a la tranquilidad, y no a la soledad. A partir de aquí, el álbum alcanza algunos de sus puntos más altos con Try to Feel My Pain, donde la mezcla de jazz-rock atmosférico, arreglos de trompeta y una densidad sonora excepcional logran una experiencia emotiva y envolvente. Spinning, con su toque disco suave y la voz destacada de Alana Haim, aporta una luz distinta y un aire fresco, mientras que la balada Cry se convierte en un interludio melancólico pero contenido, que refleja con sensibilidad la tristeza sin caer en el dramatismo excesivo.
El cierre con Now It’s Time se presenta como una pieza grandilocuente que recurre a un crescendo emocional para transmitir una sensación de resolución y crecimiento, aunque se percibe un poco forzado. Pero es más o menos de lo poco que podemos reclamarle a las Haim. Es sin duda en esos singles con portadas divertidísimas donde encontramos los grandes momentos del disco: Relationships, el tema central que ha logrado calar como un himno veraniego. Con una melodía pegadiza y un groove ochentero, la canción expresa el cansancio y la frustración frente a las complicaciones del amor, con frases directas como can’t stand fucking relationships que conectan con una generación marcada por relaciones inestables y búsquedas personales (Don’t they end up all the same / When there’s no one left to blame? / I think I’m in love, but I can’t stand fuckin’ relationships). Otro momentazo de I quit es Down to Be Wrong, que inicia como una confesión íntima para luego explotar en una afirmación de confianza y libertad personal; su videoclip, protagonizado junto al actor Logan Lerman, amplifica esta sensación de catarsis y autoafirmación. La colaboración en Everybody’s Trying to Figure Me Out con Justin Vernon (Bon Iver) y Rostam añade una capa de complejidad emocional e indie rock atmosférico, marcada por texturas vocales agitadas que reflejan la confusión y la búsqueda de identidad que acompañan al proceso de ruptura. Take Me Back y Blood on the Street aportan una mirada nostálgica y cruda sobre el pasado y las relaciones tóxicas, con instrumentaciones que combinan desde glockenspiel delicados hasta guitarras distorsionadas que evocan tensión y liberación.
Las hermanas HAIM han crecido, y ya hace 13 años que nos sacudieron con Forever, en cuyo video emprendía un camino en bicicleta que las llevaría a un punto con el que ahora se reencuentran. Tras algunos coqueteos con otras propuestas más poppy, la exploración sonora fresca y menos pulida generan ese sonido más visceral e inherente de la banda que nos conquistó. La ausencia de un hit tan inmediato como los que caracterizaron discos anteriores también se nota; eso sí, no sin que contribuya a un debate que cada vez más críticos comparten, ¿están las estructuras de la música pop actual demasiado asentadas? Esta tesis ha girado en torno a los últimos lanzamientos de la neozelandesa Lorde, y en HAIM son varios los medios que echan en falta un estribillo “que rompa”, una melodía chiclosa, o un efecto excesivamente luminoso.A nivel cultural, las hermanas continúan siendo referentes musicales de estos últimos años. Son amigas de compañeras como Taylor Swift, Kesha o Addison Rae, siguen haciendo versiones espectaculares y su directo las sitúa en un plano de músicas cada vez más profesionales. I quit es un disco irregular; como todos sus anteriores, pero aquí con una particularidad positiva. Sus momentos bajos son corrientes y aceptables, pero los altos son muy buenos. HAIM nos invita, a través de este álbum, a enfrentar las rupturas con coraje, a soltar lo que nos limita y a reconstruirnos desde la fragilidad, confirmando que las tres hermanas siguen siendo una de las voces más auténticas y relevantes del pop-rock contemporáneo. En este disco hay sentir, y eso no sólo es más poderoso que cualquier hit, sino que con las habilidades de las hermanas Haim son una fórmula inequívoca para crear un disco fantástico que llegará directo a tu corazón.
Escucha I quit en su totalidad a continuación.
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