Los partidos de derecha chilenos obtuvieron la mayoría de los votos para elegir a los asesores encargados de redactar una nueva Constitución, lo que supone un cambio radical respecto a la mayoría progresista que redactó una primera reforma constitucional fallida. Con el 95,13% de los votos escrutados, el Partido Republicano de Chile, liderado por el ex candidato presidencial conservador José Antonio Kast, obtuvo casi el 35% en la votación del domingo. Por su parte, una coalición separada de partidos de derecha tradicionales obtuvo más del 20% de los votos, mientras que la coalición de izquierda del Presidente Gabriel Boric obtuvo alrededor del 29%. Los partidos de centro se llevaron el resto de los votos.

“Hoy es el primer día de un futuro mejor, de un nuevo comienzo para Chile”, dijo Kast, que perdió frente a Boric en 2021, durante un discurso en Santiago. “Chile ha derrotado a un Gobierno fracasado”. Los resultados definitivos determinarán la composición exacta de un Consejo Constitucional de 50 escaños que se encargará de redactar una nueva Constitución. Los artículos necesitarán una mayoría de tres quintas partes para ser aprobados.

Los resultados preliminares para la Elección Consejo Constitucional 2023 son los siguientes: pic.twitter.com/RT8JDeUsWw

— Servicio Electoral (@ServelChile) May 8, 2023

Este es el último paso en un esfuerzo de años para revisar el texto de la era de la dictadura del país, después de que casi el 80% de los chilenos votaran a favor de redactar una nueva constitución en 2020 tras las violentas protestas contra la desigualdad. Los consejeros constitucionales elegidos el domingo comenzarán a redactar una nueva Constitución en junio, sobre la base de un borrador elaborado por 24 expertos constitucionalistas nombrados por el Congreso Nacional en marzo. Los votantes aprobarán o rechazarán la nueva propuesta en diciembre.

El Partido Republicano, el más conservador de los representados en el nuevo consejo, será ahora la primera fuerza política. Constituyentes mayoritariamente independientes y de izquierdas redactaron la primera reescritura, centrada en las prestaciones sociales, los derechos medioambientales, la paridad de género y los derechos de los indígenas. Fue considerada una de las constituciones más progresistas del mundo, pero muchos votantes la consideraron demasiado polarizadora, y las controversias empantanaron el proceso.

Boric sufrió una derrota política tras apoyar la primera reforma, que fue rechazada por casi el 62% de los votantes. Desde entonces, el Presidente se ha distanciado del proceso, pero ha prometido apoyarlo. “El gobierno no se entrometerá en el proceso y respetará la autonomía de la entidad en sus deliberaciones”, declaró Boric a la prensa el domingo por la mañana tras la votación, añadiendo que el gobierno actuaría como garante y apoyaría las peticiones del nuevo consejo.

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