Carlo Acutis, conocido como el primer santo millennial de la Iglesia católica, será canonizado el domingo 7 de septiembre de 2025 en el Vaticano. Así lo decretó el Papa León XIV durante un consistorio celebrado el 13 de junio, en el que también se anunció la canonización de Pier Giorgio Frassati en la misma ceremonia. La fecha original, prevista para el 27 de abril, fue pospuesta debido al fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril. 

Acutis nació en Londres en 1991 y pasó la mayor parte de su vida en Italia, donde falleció a los 15 años en 2006 tras una breve lucha contra la leucemia. Su figura ha cobrado una enorme popularidad entre los jóvenes católicos, quienes acuden en masa a su tumba en Asís, especialmente durante el Año Santo 2025. Su cuerpo, vestido con zapatillas, jeans y sudadera, permanece expuesto en un ataúd de vidrio en el Santuario della Spogliazione.

El proceso de canonización de Carlo Acutis fue posible gracias al reconocimiento de dos milagros atribuidos a su intercesión. El primero ocurrió en Brasil en 2013, cuando un niño con una grave enfermedad pancreática se curó inexplicablemente tras besar una reliquia de Acutis. El segundo milagro, aceptado en mayo de 2025, involucró la recuperación de una joven costarricense que, tras un grave accidente de bicicleta en Florencia, comenzó a respirar por sí sola el mismo día en que su madre rezó ante la tumba de Acutis en Asís.

Carlo Acutis se destacó desde pequeño por su devoción religiosa y su habilidad para la informática. Utilizó sus conocimientos para crear una exposición virtual sobre más de 100 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia, lo que le valió el apodo de “el ciberapóstol de la Eucaristía”. Además, dedicó tiempo a enseñar catecismo y ayudar a personas sin hogar, mostrando un compromiso activo con su fe y la caridad.

La tumba de Acutis en Asís se ha convertido en un importante lugar de peregrinación. Solo en 2024, cerca de 900.000 personas visitaron el santuario, y se espera que la cifra aumente tras su canonización. El obispo de Asís, Domenico Sorrentino, ha destacado el profundo valor simbólico de que Acutis y Frassati sean canonizados juntos, como un mensaje de esperanza y ejemplo para las nuevas generaciones.

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