Así fue como el rap llevó los tatuajes en la cara al mainstream
Hace más o menos una semana, en uno de nuestros recorridos eternos por Instagram, nos encontramos con este post publicado por el artista tatuador Ganji en su cuenta, y que nos mostraba el souvenir más reciente del rapero Post Malone en su visita a Japón:
El nuevo tatuaje se une a una creciente colección, incluyendo una espada, una cadena de alambre de púas, y la frase Always Tired, que adquirió debajo de de sus ojos como un segundo set de ojeras. Aunque Malone es uno de los artistas más conocidos en portar este tipo de body art (en su mayoría hechos simplemente para molestar a su mamá), y la tendencia pareciera ser relativamente nueva, la verdad es que tanemos un buen tiempo viéndolos, más allá del infame tribal de Mike Tyson o la esvástica de Charles Manson.
Uno de los primeros fue Lil Wayne, quien además de tener las tradicionales lágrimas que marcan la pérdida de algunos amigos por causa de la violencia pandillera, así como una serie de estrellas, símbolos y frases relacionados con su carrera y su vida. Sin embargo, con la llegada de la generación de raperos SoundCloud (desde Lil Peep, pasando por Lil Xan, 21 Savage y XXXTentacion), los tatuajes faciales se han convertido en una moda.
Hace unos años atrás, quizás hubiese sido impensable la masificación de los tatuajes en el rostro: si bien recordamos, en la gran primera ola del tatuaje de los 90 la tendencia eran las bandas tribales en los brazos, las mariposas (¡gracias, Drew Barrymore!), y el nunca bien ponderado delfín en el tobillo. Pero el body art como práctica se ha ido desarrollando a pasos agigantados desde entonces, y con este, las marcas en lugares más visibles del cuello para arriba, que muchos veían como la “última frontera”, de acuerdo con Anna Felicity Friedman, una historiadora que maneja el website Tattoo Historian.
“Si quieres ser transgresor, y muchos raperos quieren crear un carácter transgresor, la última frontera es la cara, sin duda. Algo del atractivo de ello es parecer rebeldes, o parecer criminales. Claro está, parte de ello es simplemente ganas de expresarse artísticamente sin restricciones”.
Cuando eres un rapero de SoundCloud que comieza su carrera regalando su música, diferenciarse de los demás en redes sociales parece una necesidad imperiosa, pero también una manera de automotivarse: en la mayoría de los casos es difícil (por no decir imposible) conseguirte un trabajo de oficina si tienes la cara como 6ix9ine, así que marcarse de esta manera es una forma de obligarse a sí mismos a luchar por sus carreras, así como a ser financieramente independientes sin tener que depender de un sueldo. A muchos les ha funcionado: tanto, que hoy no podíamos nombrar a uno de los sadboys del emo-rap sin pensar primero en sus tatuajes faciales.
Si tienes un tiempo pasando por las diversas manifestaciones de rebeldía exterior y estilo, seguro has pasado por la pintura de uñas negra, por los piercings, por los stretchers en los lóbulos de las orejas, por las mangas completas de tatuajes, por los piercings microdermales, por los hoodies negros y el cabello fosforescente, que ya no espanta a ninguna abuelita en el metro. Quizás la próxima frontera sea ver a tus amigos con tatuajes faciales. Y tú, ¿te animas?
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