5 razones por las que “Akira” cambió para siempre el mundo de la animación

Para cualquiera que haya oído hablar de Akira, es muy probable que haya escuchado una y otra vez lo mismo acerca de la cinta: que es la mejor película de anime de todos los tiempos, que es una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos, que sin ella no tendríamos películas como The Matrix. Lo cierto es que es una opinión difícil de discutir. El filme del japonés Katsuhiro Otomo es una producción y una animación de incomparable, agradable de ver, y sobre todo, invita a la reflexión.
Lanzada en 1998 y basada en el manga del mismo nombre, Akira comienza centrándose en los Capsules, una banda de motoristas en las calles de Neo Tokio en el año 2019. Tetsuo, uno de los miembros de la banda, sufre un accidente de moto al principio y es hospitalizado. Mientras su amigo Kaneda intenta reunirse con él, Tetsuo es sometido al tipo de experimentación que provocó la devastadora destrucción de Tokio 31 años antes.
Un dato curioso: cuando Katsuhiro Otomo vio los primeros dailies (tomas del día) de su película, se fue a casa y le dijo a su mujer que era un fracaso. El ahora famoso director, como muchos creativos, no podía prever el impacto que su cinta tendría en la animación y el cine más allá de las fronteras de Japón. De hecho, 33 años después, la influencia de Akira se sigue sintiendo hoy en día.
Los riesgos que asumió Otomo empujaron a las empresas de animación a apuntar a las estrellas. Las narrativas reveladoras, los escenarios detallados y los estilos de animación de vanguardia que vinieron después, dieron nueva vida a nuestros mundos de ficción actuales. Sin duda, muchas de las grandes películas y programas de animación y ciencia ficción de nuestra generación tienen una gran deuda con Akira, y hoy te explicamos por qué esta película sigue siendo una leyenda del mundo de la animación.
1. La animación está increíblemente llena de detalles
Cuando Akira llegó a los cines, los espectadores se dieron cuenta de que este anime no se parecía a ningún otro que hubiera salido antes de Japón. Y no era para menos, pues Otomo asumió varios riesgos que otros directores de anime de la época no se atrevieron a tomar, y con 1.100 millones de yenes de presupuesto (aproximadamente 8 millones de dólares), podía hacerlo. Gran parte, por supuesto, estuvo dedicada a la animación. Akira utilizó más de 160.000 fotogramas de animación para crear las detalladas escenas y los fluidos movimientos de la película. El uso de la animación en celdas significaba que los animadores tenían que ilustrar el fondo, el medio y el primer plano de cada escena en tres celdas diferentes. Como se imaginan, este es un proceso minucioso y largo que, desde entonces, se ha dejado de practicar.
Sin embargo, lo hermoso de este proceso es que permitía obtener paisajes urbanos y fondos detallados. Incluso las luces de las ventanas se colorearon individualmente para dar calidez a la ciudad. De hecho, el uso de la luz en la película hace que la ciudad parezca un personaje propio, y sin esta técnica, el escenario de Neo Tokio de la posguerra de la película no se habría sentido tan vivo. Otomo incluso llegó a utilizar una grabadora de acción rápida para comprobar la fluidez de la animación durante la producción. Esto supuso aún más trabajo para los animadores, que tuvieron que limpiar las escenas imperfectas. Sin embargo, este nivel de atención al detalle hizo que Akira no tuviera el movimiento rígido o los fondos genéricos que se encuentran en otros animes de la época.
2. Su historia y narración no pierden validez
Aunque Akira hace gala de una increíble originalidad y de algunos temas que invitan a la reflexión, éstos no servirían de nada si no fuera una historia bien contada. La película establece el escenario de forma fantástica, abriendo con imágenes mudas de la destrucción de Tokio en 1988. Avanzamos 31 años y vemos cómo Neo Tokio se ha “recuperado”, siendo una semblanza de la antigua gloria de Tokio, pero con las calles infestadas de delincuentes. La banda sonora también merece una mención por ser especialmente atmosférica.
La historia tiene un buen ritmo y es significativo que veamos la mayor parte de ella a través de los ojos del joven Kaneda. Esto da a la película una excusa para revelar el panorama general a un ritmo más lento, facilitando la entrada del público poco a poco. Los personajes también son maravillosamente atípicos, evitando cualquier tipo de estereotipo cinematográfico. Kaneda pasa mucho tiempo persiguiendo chicas, Tetsuo es constantemente ambiguo en términos de moralidad. Una revelación particular, sin embargo, es el coronel Shikishima. Con todos los ademanes de un militar cruel e implacable, es en realidad un personaje sorprendentemente profundo, que no es fácil de definir.
3. Creó un mundo cyberpunk legendario
Como les contamos, Akira está ambientada en lo que se describe mejor como un Tokio postapocalíptico en el que la sociedad ha sido reconstruida desde cero tras la Tercera Guerra Mundial y el aparente bombardeo de la ciudad de Tokio al principio de la misma. Lo que ha surgido de las cenizas de la guerra es una ciudad que sirve como uno de los escenarios cyberpunk más icónicos del anime. 33 años después de su estreno, esta ambientación sigue siendo actual.
La película es visualmente impresionante, especialmente cuando hay menos personajes en la pantalla y podemos disfrutar de la ciudad en sí con todo lujo de detalles. Las brillantes torres de gran altura tratan de ocultar los duros bajos fondos de Neo Tokio, lo que se hace evidente cuando la película comienza en un bar del centro de la ciudad, para dar paso a una persecución en moto a gran velocidad por los barrios altos, incluyendo un gran plano de una moto que se estrella directamente contra un restaurante de mala muerte donde los espectadores adinerados murmuran su desaprobación por la “juventud violenta de hoy en día” y todo eso.
Si bien el diseño de los personajes ya se ve un poco vintage, sigue siendo totalmente pasable, con héroes como Kaneda en su moto roja que siguen siendo icónicos para el anime de hoy. Los diseños prefieren estructuras faciales más realistas, que pueden parecer aburridas, pero la película a veces se vuelve loca con ello, como con el diseño del motero rival Joker. El enfoque realista también encaja con el estilo cyberpunk y hace que la violencia y la opresión golpeen más fuerte, sin dejar de ser lo suficientemente flexible como para que los personajes sean expresivos.
4. Representa un antes y un después en la animación mundial
Tras su estreno, Akira no sólo se distinguió de otros animes: cuando la película llegó a occidente, también cambió la industria de la animación. Hasta su estreno, la animación en este lado del mundo era solo para niños. Disney, Warner Bros. y Hanna-Barbera, con sus tramas inocentes y su animación sencilla, ni siquiera habían soñado con dirigirse a un público más maduro. Pero Akira era diferente. Estaba lleno de corrupción, violencia, experimentos secretos, adolescentes rebeldes y algunos niños raros con habilidades telequinéticas. No trataba de integrarse adoptando una estética norteamericana que hiciera pensar al público que era una creación occidental. No transportó a los espectadores a un bosque seguro con animales que cantan.
Akira obligó a los espectadores a enfrentarse a la realidad al describir una distopía hiperrealista de posguerra que les resultaba demasiado cercana. Tampoco lleva de la mano al espectador: todos los personajes que conocemos, desde Kaneda hasta Kei y Tetsuo, están dañados de alguna manera. Pero no tienen tiempo para lidiar con su trauma. De hecho, durante la mayor parte de la película los vemos luchar para reaccionar y adaptarse a situaciones que escapan a su control. Además, toman decisiones inmorales y no todos tienen un final feliz. Pero si impacto fue tal que allanó el camino para que llegaran contenidos más maduros a occidente, como Cowboy Bebop, Neon Genesis Evangelion, o Ghost in the Shell.
5. Sigue siendo una poderosa influencia en la cultura pop
Akira no se limitó a tomar prestado de la cultura pop en su momento, sino que desde entonces forma parte intrínseca de ella. Muchas películas, programas e incluso músicos han hecho referencia al icónico anime: la moto de Kaneda aparece en Ready Player One, de Spielberg, y el vídeo musical de Kanye West para la canción Stronger rinde homenaje a la innovadora película. El anime ciberpunk también influyó en toda una generación de futuros cineastas de Hollywood. Por ejemplo, Rian Johnson declaró en un AMA de Reddit que Akira fue una de las inspiraciones de su película de ciencia ficción Looper del 2012. Del mismo modo, la película atemporal influyó en la serie de Netflix de los hermanos Duffer, Stranger Things. Como es lógico, ambas películas se centran en niños con habilidades telequinéticas.
Akira sigue dando forma e influyendo en artistas en el cine, la música y los cómics que se han dejado llevar por el brillo de neón de Neo Tokio. Independientemente de que la película tenga o no una adaptación de acción real, hay algo en la creación de Otomo que ha revolucionado el anime y el manga desde su creación. Así, este filme sigue siendo una de las exportaciones más importantes del cine japonés de todos los tiempos y se gana su reputación como una obra extraordinariamente influyente. Al igual que cuando la película termina con Akira creando otro plano de existencia, la película y el manga han creado su propio universo nuevo.
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