5 cosas que probablemente no conocías sobre Hayao Miyazaki

¿Qué no se ha dicho a estas alturas del maestro de la animación japonesa Hayao Miyazaki? Gracias a sus películas, ha obtenido dos Oscars de la Academia, varias nominaciones al premio de cine más prestigioso e innumerables premios en festivales de cine; pero no es un gran fan de recibir estos premios personalmente: para él, viajar por todo el mundo para confirmar su propio talento, en vez de buscar inspiración, no es lo suyo.
Para los fans del cineasta, cada película que crea es a la vez una entrada a un nuevo mundo fantástico y un regreso a un universo familiar. Sus once largometrajes, incluyendo éxitos mundiales como My Neighbor Totoro, Princess Mononoke y Spirited Away, han redefinido la animación y han llevado el anime japonés al público de todo el mundo.
A través de una carrera que ha abarcado casi cinco décadas, Miyazaki ha alcanzado la fama y admiración internacionales, y junto con Isao Takahata, cofundó Studio Ghibli, el estudio de animación y compañía de producción. El éxito de las películas de Miyazaki ha invitado a compararlo con el animador norteamericano Walt Disney, el animador británico Nick Park, así como Robert Zemeckis, pionero de la animación Motion Capture, y ha sido nombrado una de las personas más influyentes en el mundo del cine.
Sus obras se incluyen regularmente en varias listas de las mejores películas de animación de todos los tiempos. Pero quizás, lo más hermoso del trabajo de Miyazaki sea que todavía, a sus 82 años de edad, encuentra la mayor felicidad en la oportunidad de dibujar historias increíbles con sus propias manos y contarlas tanto a niños como adultos. A continuación, te ofrecemos cinco curiosidades sobre este icónico animador y director de cine japonés que hoy está de cumpleaños.
1. Nunca ha ejercido su verdadera profesión
Aunque Miyazaki ha admitido repetidamente en entrevistas que siempre soñó con ser animador de películas desde que era niño, lo cierto es que terminó entrando en la facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad Gakushūin, algo completamente opuesto a lo que quería ser: suizás el sueño de dibujar cuentos de hadas le pareció demasiado frívolo a Hayao, y decidió conseguir una especialidad “para adultos” para complacer a sus padres. Sea como fuere, tras completar sus estudios en 1963, Miyazaki consiguió un empleo como animador de nivel inicial en los estudios de animación Tōei, y mientras estuvo allí, conoció a dos de las personas más importantes de su vida: su esposa, Ōta Akemi, y un compañero animador, que se convirtió en su amigo de toda la vida: Isao Takahata.
2. Es un fiel creyente de las protagonistas femeninas
Después de escalar rápidamente las filas del estudio Tōei, Miyazaki fue promovido a jefe de animación. En 1971, se separó del estudio, y trabajó con A-Pro, Nippon Animation y Telecom Animation Film antes de dirigir Nausicaä of the Valley of the Wind (1984), una película basada en su serie de manga más exitosa. Bien recibida y relativamente rentable, la película se considera un punto de inflexión en la carrera de Miyazaki, pues además, de mostrar sus habilidades como director, artista de storyboard, pintor de escenas y diseñador de personajes, sentó las bases de la tendencia de Miyazaki a incluir “mujeres fuertes y valientes, chicas autosuficientes que no se lo piensan dos veces a la hora de luchar por lo que creen con todo su corazón”, como él mismo dijo en una entrevista con The Guardian en 2015. “Necesitarán un amigo, o un apoyo, pero nunca un salvador. Cualquier mujer es tan capaz de ser un héroe como cualquier hombre”.
3. Crea sus películas con storyboards, no guiones
Tras el éxito de Nausicaä of the Valley of the Wind, Miyazaki cofundó Studio Ghibli con Isao Takahata y Toshio Suzuki. Desde que el estudio hizo su gran debut en 1985, Miyazaki ha dirigido muchas películas, incluyendo amados clásicos como My Neighbor Totoro (1988), una película encantadora sobre los espíritus del bosque, y Ponyo (2008), una película sobre un niño que se hace amigo de una princesa pez. Una parte clave del proceso de realización de Miyazaki es la creación de los storyboards, una serie de imágenes que ayudan a trazar la secuencia de eventos de una película. Aunque un guión gráfico es una parte importante de cualquier película de animación, significan aún más para Miyazaki, quien no usa guiones como tal. “No tengo la historia terminada y lista cuando empezamos a trabajar en una película”, dijo en una entrevista con Midnight Eye en 2002. “Normalmente no tengo tiempo. Así que la historia se desarrolla cuando empiezo a dibujar guiones gráficos. La producción comienza muy pronto después, mientras que los guiones gráficos están aún en desarrollo. Nunca sabemos adónde irá la historia, pero seguimos trabajando en la película a medida que se desarrolla. Es una forma peligrosa de hacer una película de animación y me gustaría que fuera diferente, pero por desgracia, esa es la forma en que trabajo y todos los demás se ven obligados a someterse a ella”.
4. Es una de las mayores inspiraciones de Pixar
Hayao Miyazaki ha sido, desde sus inicios, una de las ás grandes inspiraciones para los estudios de animación Pixar: tuvo una amistad muy cercana con el creador del estudio, John Lasseter (quien renunció a su cargo en 2018 tras una serie de acusaciones de abuso sexual) desde 1981, cuando un equipo de visitantes del estudio de animación japonés TMS Entertainment le mostró a Lasseter, entonces de 24 años, un clip del filme The Castle of Cagliostro. El ex jefe de Pixar se inspiró en el maestro japonés, incluso basando una escena de de rescate de A Bug’s Life de 1988 en la película de Ghibli de 1986, Laputa: Castle in the Sky, y también escondió una versión del espíritu del bosque de My Neighbor Totoro en Toy Story 3. Además, ayudó a Studio Ghibli a ser más conocido en Occidente sirviendo como supervisor de la distribución de los primeros filmes, y de sus versiones subtituladas en Estados Unidos.
5. Aprendió a trabajar con la animación por computadora
Algo que diferencia a Studio Ghibli de otras casas de animación, es que durante mucho tiempo se mantuvieron alejados de la animación CGI, todo gracias a la manera de trabajar de Miyazaki, ya que históricamente, sus películas siempre son al menos un 90% dibujadas a mano, tal como aprendió a hacerlo en su juventud, lo que sin duda le proporciona una característica especial a su trabajo. Si bien no dudaba de los méritos del CGI, sino de su modernidad, diciendo que pensaba que el “CGI tiene el potencial de igualar o incluso superar lo que la mano humana puede hacer”, pero se consideraba demasiado viejo para cambiar de técnica. Sin embargo, luego de volver a Ghibli tras su segundo retiro, decidió intentarlo, y así nació Boro The Caterpillar, un cortometraje aclamado por la crítica y realizado enteramente en CGI. Lanzado en 2016, el filme solo está disponible para verse en el Museo de Studio Ghibli en Japón, pero puedes echar un vistazo a su proceso de producción en Never-Ending Man, el documental que detalla la vida de Miyazaki después de su retiro, por segunda vez.
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